Posibles riesgos de una rinoplastia y cómo evitarlos

La rinoplastia es una intervención quirúrgica que se realiza con el fin de modificar la estructura de la nariz y siempre debe ser realizada por un cirujano plástico calificado. Es un procedimiento quirúrgico que no conlleva riesgos, aunque existe una pequeña probabilidad de que ocurran problemas que originen resultados no deseados de la misma.

Los riesgos y efectos secundarios durante y después de la cirugía pueden ser evitados informando al cirujano acerca de su estado de salud previo, así como  cualquier tipo de medicación que haya podido tomar recientemente.

Es fundamental seguir al pie de la letra las recomendaciones del cirujano plástico, por poco importantes que parezcan ya que el no tomarlas en cuenta puede generar pequeñas desviaciones, deformaciones o torceduras en el resultado final de la cirugía tras la recuperación.

Posibles complicaciones relacionadas con una rinoplastia

Lo primero que hay que saber es  que existe la posibilidad de una reacción desfavorable a la anestesia, aunque es tan pequeña que es algo que no debe preocupar. Además, durante la recuperación puede existir un sangrado mayor al que se le informó al paciente y en ocasiones pueden llegar a aparecer pequeñas venas en la nariz, que irán desapareciendo con el tiempo.

Después de la cirugía no es conveniente realizar esfuerzos físicos, por lo que se recomienda reposo hasta que pase la hinchazón. La hinchazón exagerada es propia de personas con piel gruesa y puede modificar el resultado final haciendo necesaria una pequeña cirugía de retoque.

Los golpes, toques y exceso de sangrado pueden provocar una hinchazón prolongada en el área de la nariz, lo cual puede hacer que las cicatrices internas aumenten de tamaño y con esto se modifiquen los volúmenes establecidos durante la cirugía, haciendo necesaria una nueva cirugía de retoque.

Otro caso en el que se hace necesario un retoque posterior es en el caso de que exista presencia de masa ósea o cartilaginosa en lugares no esperados, lo cual afectará el contorno general de la nariz, lo que obligará a retirarlos en una nueva intervención.

Los fumadores tienen más dificultades para curarse de la rinoplastia, ya que los cigarrillos ralentizan el proceso de recuperación. La nicotina constriñe los vasos sanguíneos, lo que causa llegue menos oxígeno y sangre a los tejidos de curación. Dejar de fumar antes y después de la cirugía puede ayudar al proceso de curación.

Cómo minimizar los riesgos de deformidades leves

  • Una dieta adecuada: Durante el primer día de la recuperación pueden existir náuseas como efecto secundario de la anestesia, para hacer que este proceso sea llevadero debes realizar una dieta líquida durante las primeras 24 horas posteriores a la intervención quirúrgica.
  • Hacer reposo: Aunque no sea una cirugía a gran escala, una rinoplastia requiere reposo absoluto durante 24 horas y reposo moderado durante dos semanas.
  • No tocar la nariz: Esto incluye sonarse la nariz. Este acto puede provocar una hemorragia en las primeras dos semanas posteriores a la intervención. Tampoco se deben llevar a cabo movimientos de cara que hagan que la zona se mueva, tales como reír, gesticular en exceso o llorar. Se debe estornudar con la boca para evitar hemorragias.

Si sigues estos consejos, será más fácil que tengas una sana y pronta recuperación.