Gran parte de este problema medioambiental se debe a las calderas viejas. Madrid es una de las capitales con mayor contaminación de Europa. La capital de España es la séptima capital europea con más contaminación del continente, por encima de urbes tan masificadas como París o Roma. En la calidad anual del aire, según un reciente informe realizado por Greenpeace, Madrid tiene una media de 44,54 microgramos de dióxido de nitrógeno por metro cúbico. Y es posible que las medidas tomadas por el Ayuntamiento para frenar la contaminación, relacionadas con el control del tráfico, no sean suficientes ni efectivas si no se renuevan muchas calderas, que están obsoletas y son muy perjudiciales para el medioambiente y nuestra salud. Así, los coches no son los únicos responsables de la contaminación ni mucho menos.
Es un hecho que una importante responsabilidad de la contaminación que sufre la gran urbe se debe a las calderas viejas, que son mucho más contaminantes que el resto. El Plan Renove impulsado por la Comunidad de Madrid ya no está activo pero hay empresas preocupadas por el medioambiente como Femada que todavía ofrecen a sus usuarios este Plan Renove para cambiar sus calderas.
Las calderas viejas que contaminan
Las calderas viejas de gasoil, gas y carbón son una importante fuente de contaminación en Madrid. La capital todavía conserva alrededor de 800 calderas de carbón y 5.000 de gasóleo y cerca de 1.300 comunidades de vecinos todavía emplean esta energía desfasada. Y no solo contaminan por la emisión de gases a la atmósfera, también lo hacen por la polución adicional que se crea en su reparto, efectuado con grandes camiones. En particular, el carbón es una fuente de energía bastante ineficaz para calentar una vivienda y de las más contaminantes que hay. Tal es así que hasta la Organización Mundial de la Salud ha alertado en repetidas veces sobre los peligros del carbón para calentar casas.
Las calderas viejas emiten óxido de nitrógeno y dióxido de azufre, cuyas partículas perjudican el medio ambiente y son causa de numerosos problemas respiratorios en los ciudadanos.
Los expertos coinciden de forma unánime en la necesidad cada vez más urgente de renovar las calderas viejas. El gran reto es transformar todas las calderas antiguas que contaminan en calderas de gas natural. Transformar las calderas de gasóleo y carbón natural significaría reducir en aproximadamente 38.200 toneladas las emisiones de CO2, el principal causante del efecto invernadero y lograr hasta 58.200 toneladas menos de emisiones de óxido de nitrógeno. Además, las emisiones de óxido de azufre se verían rebajadas hasta en 105.100 toneladas.
Las ventajas del gas natural
Utilizar calderas de gas natural implica numerosas ventajas, tanto para el medioambiente como para los usuarios. El gas natural es un combustible fósil que se extrae de yacimientos naturales en el subsuelo y que prácticamente no requiere de ninguna transformación para su uso.
Se trata de la energía fósil menos contaminante y de mejor rendimiento energético. Tiene un gran poder calorífico y es de fácil acceso para el usuario, pues es canalizado hasta el lugar de uso.
Su precio es muy competitivo y económico frente a otros combustibles y puede ser empleado en numerosos dispositivos, tanto para generar calor, calefacción o agua caliente como para instalaciones refrigeradoras. El precio de mantenimiento de estos equipos es menor que el de las tradicionales calderas de gas o gasóleo.
Además, es una fuente de energía segura pues sus posibles fugas se volatilizan en la atmósfera, al ser más ligero que el aire.
Y otra de las ventajas que no puede dejar de ser tenida en cuenta es la libre elección por parte del usuario de la comercializadora al instalar su caldera de gas natural. Cada usuario puede contratar a la empresa que más le convenga de acorde con sus necesidades particulares.
Empresas especializadas como Femada se encargan de todo el proceso de instalación de calderas de gas natural en Madrid, incluyendo el alta y se encargan posteriormente de todo el seguimiento y mantenimiento de los equipos.
Otras medidas para combatir la contaminación por calefacción
Otras medidas para luchar contra la contaminación provocada por las calderas viejas en Madrid incluyen la limitación de su uso, la prohibición de las calefacciones centrales y personalizar la gestión de la calefacción por parte de cada vivienda.
Por otra parte, los expertos aseguran que la transformación de las calderas viejas en calderas de gas es un proceso sencillo y poco costoso. En el caso de que el circuito de la calefacción sea de anillo, las obras son efectuadas al instalar la caldera individual de cada una de las viviendas, sin alterar el circuito de radiadores existente.
Compañías como Femada han apostado por facilitar más el cambio a los consumidores con su propio Plan Renove, aplicando un descuento a sus precios. Con este Plan es posible ahorrar hasta 150 euros en la caldera de gas.