En los dos últimos años se han producido multitud de cambios. Unos de los más evidentes son los que hacen referencia a las oficinas. Así lo demuestran las empresas del sector, cuya actividad presenta numerosas diferencias respecto a antes de 2020. Un claro ejemplo es el de ofita, un fabricante de muebles de oficina cuyos productos con mayor demanda son diferentes en comparación con los que triunfaban antaño.
Pero, ¿a qué son debidos este tipo de cambios? Básicamente ello es fruto de la evolución que han experimentado las oficinas después de la crisis del COVID-19. Si bien es cierto que no puede darse por terminada, ya que de hecho en China se está produciendo otro confinamiento que lleva activo unos cuantos días, es innegable que la situación es mucho menos grave gracias sobre todo a las vacunas.
Aun así, el Coronavirus acabará convirtiéndose en algo con lo que habrá que convivir toda la vida, tratándose de una situación similar a la que produjo la gripe en su momento. Es por este motivo que por mucho que pasen los años, los cambios que han vivido las oficinas seguirán vigentes.
Atrás quedan los tiempos en los que un mismo espacio era compartido por una gran cantidad de trabajadores con una escasa distancia entre ellos y sin ningún tipo de barrera o biombo. Este paradigma fue cambiando de manera paulatina, aunque primero llegó el teletrabajo.
Es innegable que el trabajo telemático evita totalmente los contagios, pero algunos empleos exigen sí o sí estar en la oficina. Afortunadamente a día de hoy es mucho más seguro desempeñar labores profesionales en las oficinas madrileñas gracias a la evolución de muchas de ellas, la cual describiremos a continuación.
Distancia, recorridos especificados, espacios de concentración y medidas de higiene: así son ahora las oficinas madrileñas
Lo primero que llama la atención de las oficinas ubicadas en Madrid es que ahora hay mucho más espacio que antes entre los trabajadores. Y es que no hace falta estornudar o toser para que el COVID-19 se contagie. El simple hecho de respirar el mismo aire exhalado por un compañero puede dar pie a enfermar.
Así pues, evitarlo es tan fácil como aplicar una medida que prácticamente el cien por cien de oficinas madrileñas no han dudado en poner en práctica, exceptuando aquellas cuyo espacio es muy limitado. Nos referimos a establecer una mayor distancia entre trabajadores.
Concretamente suele bastar un metro, aunque en aquellas empresas en las que más procuran por la salud de sus empleados no dudan en hacer todo lo posible por aumentar al máximo dicha distancia, llegando al metro y medio e incluso a los doscientos centímetros.
Antes de que cada empleado llegue a su puesto de trabajo, ahora siguen un recorrido que está predefinido. No hay que echar la vista demasiado atrás para dar con una época en la que la entrada a la oficina y la salida de la misma era realizada sin seguir ningún tipo de patrón. Esto ya no sucede en pleno 2022.
De hecho, algunas empresas han optado por definir el recorrido que hay que seguir a la hora de acceder a la oficina y a cada puesto de trabajo en concreto, así como al abandonar las instalaciones. Para ello simplemente se deben seguir las indicaciones presentes en el suelo o las paredes.
Justo antes de dar comienzo al recorrido suele haber un puesto de higienización. En este sentido las empresas han mejorado muchísimo, ya que antaño era difícil ver un simple gel hidroalcohólico en dichos espacios de trabajo. Todo lo contrario sucede en los tiempos actuales.
En la entrada a la oficina acostumbra a sugerirse a los empleados la higienización de sus manos con un dispensador de gel, el cual no necesita aclarado para una mayor comodidad, permitiendo ponerse cuanto antes manos a la obra tecleando, tratando con documentos en formato físico, etcétera.
Ciertas oficinas madrileñas incluso proporcionan geles hidroalcohólicos individuales, disponiendo cada trabajador de un aplicador. Teniendo en cuenta que algunos materiales se comparten es fundamental que las superficies de todos ellos permanezcan libres de virus y bacterias en general.
La evolución de las oficinas de Madrid no termina aquí, puesto que algunas de ellas incluso se han decantado por colocar puestos concentrados. Concretamente nos referimos a espacios de trabajo que antaño eran utilizados para fomentar al máximo la concentración de cada empleado.
A día de hoy siguen teniendo la misma función, aunque cumplen con otra adicional que se resume en evitar los contagios. Los biombos actúan a modo de mamparas impidiendo que el COVID-19 llegue a los compañeros en caso de estornudar o toser.
Gracias a esta evolución a día de hoy las oficinas son más seguras que nunca. Los contagios poco a poco van a menos en el ámbito laboral, lo cual sumado a las vacunas está dando pie a que paulatinamente el COVID-19 pase a ser histor